Pasaran los años y seguirás recordando el color
del pasillo que te llevaba a su habitación. Yo, cinco años después, aún
recuerdo el frío tacto de la barandilla metálica, el verde de las paredes, la
hora y el dolor. Qué puta la vida que te ha hecho este regalo de cumpleaños.
Que más que un regalo ha sido como un jarro de agua fría en toda la cara. Y es
que amiga, a ti te ha tocado madurar antes de tiempo.
En la distancia,
hoy solo soy capaz de ofrecerte las
manos, los abrazos y los besos que te falten a partir de ahora. Que no lloren tus ojos, esos que se achinan
cuando te ríes. Que no se pierda tu sonrisa, esa tan bonita y que tan poco te
gusta mostrar. Mi pequeño bichillo él seguirá queriéndote esté donde esté, él
cuidara de ti.
Porque la vida es realmente maravillosa solo si te veo sonreír.
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