Saca
de una vez la cabeza de debajo de la manta y coge aire, que tus pulmones se
encharquen de vida. Porque sigues aquí y lo único que falta es conseguir
ponerte de pie, aunque las piernas fallen. Que a mí un día también me fallaron
las matemáticas y siempre al sumar me salía tres. Pero una aprende con el
tiempo, y aprendí a restarle importancia a los problemas, a sumar las sonrisas
que lograba al día, a la semana y al mes, a multiplicar mi independencia y a
dividir todas las lágrimas entre cada ojo que conseguí abrir cada mañana. Saca
tus manos de debajo de esas sábanas, que aún tienen ganas de sentir nuevas
pieles. Aunque tú no lo sientas, todavía. Muestra tu risa al sol, aunque hoy
este nublado, que sonrisas así no se ven todos los días. Levántate y lucha.
Porque
siempre hay luz al final del camino, te lo prometo.
Me gusta mucho... desprendiendo positividad se llega lejos Amélie.
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