domingo, 3 de marzo de 2013

Olvido.


Poder ser la musa de alguien cuyas ganas de vivir ganen batallas perdidas. Alguien que sepa describir mis ojos como los más profundos de la tierra y mis manos como las más suaves que haya acariciado jamás. Que se pierda en mi pelo corto y alborotado y ría cuando mi coleta pierda el equilibrio y comience a caer por culpa de la gravedad. Que describa mis lunares y sepa cuantos tipos de sonrisa tengo. Como aquella película de hace años. Que escriba en versos lo que siente con mis besos y que haga poesía cuando el miedo de perderme le pille por sorpresa. Porque los buenos escritores ven ese tipo de detalles.

Desear ser, por una vez, la inspiración de alguien sobre lápiz y papel.

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