miércoles, 1 de junio de 2016

Gema.


Hablamos de años de empatía, de  luchar contra otros con uñas y dientes, por ti. Porque te quiero. De justificar tus hechos con mi porqués inverosímiles. De la conexión entre almas insólitas, especiales. Del hombro del que llora y de la cabeza del que reposa sobre ese hombro, inalterable. Hablamos de conversaciones infinitas, de opiniones y prejuicios que se guardan a salvo entre tus secretos. De decisiones mal tomadas y de tu mano sobre la mía, dispuesta a sujetarme. A sujetarte. Del temblor de piernas, de los años de catástrofes y la serenidad de saber que siempre estaremos ahí. En plural.

O no.

Sé donde te encuentras. 
Pero ya no estás.
Ni tu mano. 
Ni mi punto de apoyo. 
Ni tu “somos invencibles”.

No hay palabras que más me duelan pronunciar que un “Ya no sé quién eres”.

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