El electrocardiógrafo es el aparato electrónico que capta la actividad
eléctrica del corazón. Esta máquina ha sido creada, a excepción de lo que podrían
comentar médicos, enfermeras y auxiliares, para evidenciar (de cara al resto de
los mortales) que un corazón ha dejado de latir.
Y cómo mortal que eres, cuando se para, cuando eso ocurre y deja de bombear
sangre, te preguntas ¿por qué a mí? No hay respuesta para una pregunta de tal
magnitud. Mi abuela, que en paz descanse, hace años afirmaba abiertamente (cada vez que
salía en la televisión alguna catástrofe nacional) que Dios estaba durmiendo. Y no le faltaba razón. Vivo o muerto, dormido o despierto la muerte juega siempre a la lotería
con cada uno de nosotros, posando el dedo injustamente sobre aquel que
menos lo merece.
Amigo, su corazón ha dejado de latir, pero el tuyo todavía no. Incluso
ahora mismo, en la distancia, acompaño a tus latidos cansados por los pasillos
de aquel lugar donde nadie quiere ir a morir, pero todos acabaremos pisando. No
estoy presente, allí a tu lado, pero hoy más que nunca acompaño tu tristeza, tan
atípica en ti, por la calle que nos vio crecer. Se fuerte amigo, que el mundo
no te vea caer de rodillas. Que Dios, aunque este durmiendo, te envidie por
valiente.