martes, 7 de abril de 2015

Margarita.

"Las historias de amor nunca podrán llegar a ser 
todo lo bonitas que deseamos estando la muerte detrás."     


No tienes de que preocuparte, todos los miércoles sin falta paso un paño mojado por encima de la fría piedra para quitarte el polvo. Qué bonita estás ahora que tienes nombre propio. Tu hija pierde los nervios cada vez que bajo a verte, al principio era solo un día a la semana, ahora más de los que me gustaría. Compro flores todas las semanas, para que no falte alegría en tu nuevo hogar. Compro margaritas como las que cultivo en el jardín y ya no puedes ver. “Malgaritas” decías tú. A veces sueño contigo y grito a voces tu nombre. Tu hija se asusta y viene corriendo para despertarme, aunque nunca es necesario. Yo mismo me despierto con mi propio llanto. No he vuelto a tocar tu lado de la cama, aunque sigo partiendo la fruta en dosNo tienes de que preocuparte pero.

Te echo tanto de menos que a veces, al hacer la cama, dejo arrugas para ver si con suerte un día vuelves para echarme la bronca desde el sofá.

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