viernes, 28 de junio de 2013

Valentina.


- Debería haberme deshecho cuando pude de todo lo que me recordaba (recuerda) a ti.- Pensé en voz alta. Debe ser que el tiempo ha roto mis esquemas y ahora que ha llegado el verano he tenido que sacar del armario tu vestido. Tu - vestido. Es tuyo porque fuiste el primero en deshacerte de él, así es como funciono yo. Aún lo recuerdo. Era julio y guardabas una rosa para mí.

Me subo los tirantes y repaso tu vestido con mis manos, para que no queden pliegues ni sabores amargos que puedan arruinar mis sonrisas durante este mes de Junio (sin ti). Me miro al espejo. Han cambiado tanto las cosas que ya no me reconozco. Donde antes había una larga melena ahora solo quedan los restos de un golpe que mi corazón no supo asimilar del todo bien. Un pelo demasiado corto, una herida de guerra que muestro en público como símbolo de superación. ¿Qué sino podría haberme llevado a hacer algo así? Aparto mis mechones rizados de la cara y me descubro llorando. Ya vale. Ya basta. Me seco las lágrimas con la mano.

-¿Estas lista?
Sonrío. (Finjo). Le doy un leve beso en los labios.
-Si, vámonos.

martes, 18 de junio de 2013

Victoria.

¿Me seguirás queriendo cuando parezca un cangrejo? Tengo todo el verano por delante para tomar el sol y tengo la impresión de que podría quedarme tirada en una toalla, contigo, todo el verano. Bienvenido Junio. Bienvenidas cervezas, en jarras bien grandes, que no falte. Vamos sacando los bikinis y las gafas de sol a juego, los vestidos blancos para las fiestas ibicencas y las sandalias de colores. ¿Empezamos a comprar los billetes para Benidorm? Ibiza, Gandía, qué más da. Cualquier sitio será bueno siempre que estés a mi lado. Estéis, perdón. Que los viajes sin amigos no son viajes y las aventuras sin ellos se quedan en nada. Conquistemos los mares de todo el país que la vida es joven y nosotros aún tenemos dos meses para bebernos el mundo a sorbos y tragos; de esos que ahogan penas y preocupaciones. Bendito calor que es capaz de derretir los “te echo de menos” que nunca llegaron, los amores no correspondidos, los malentendidos entre amigos y los errores del pasado. Levanta tu copa si alguna vez te equivocaste y brindemos por los días que vendrán. Hoy me declaro mujer del tiempo y doy un pronóstico de felicidad por todos los que sé, harán de mi verano un verano único.


Esta canción solo está aquí para que le des al Play,
 cierres los ojos e imagines tu propio verano.
 Pinta bien ¿verdad?

jueves, 13 de junio de 2013

Yvonne.


Debo admitir que siento curiosidad, ¿entre que piernas andarás enredado desde que me fui? Pobre ilusa aquella que consiga robarte un par de besos y unas cuantas caladas de madrugada. O afortunada, quién sabe. A lo mejor no estaba en mis genes quererte como merecías ni en los tuyos llegar a entenderme nunca. Cuanta pasión echada a perder y cuanto perdimos por el camino. Y es que después de romper tantas reglas, promesas y principios, después de todo este tiempo “muerta en vida” y su correspondiente “renacer” me alegro de que hoy mi corazón pregunte cada vez un poco menos por ti y un poco más por mi (aunque esta noche sea más que menos y mis neuronas, sin previo aviso, hayan decidido recordar tu último “que guapa estás”).

sábado, 8 de junio de 2013

Marina.


- El hombre que esté conmigo deberá ser tan grande como yo. ¿Suena mal verdad? Suena pedante decir que una misma es grande. Cuando estoy con alguien lo doy todo. Me da por pintar habitaciones o recorrer kilómetros, para que me entiendas. Eso es lo que quiero yo. Alguien que me quiera tanto que siempre este pensando en la manera de hacerme feliz y sorprenderme.
- Pero no es fácil, la gente se pone límites. El problema bajo mi punto de vista es que enaltecemos lo mediocre. De ahí todos nuestros problemas.
- Durante mi viaje me he dado cuenta de que soy todo lo contrario a lo que creí. Creía ser conformista pero busco la perfección.
- Marina, recuerda que nadie es perfecto.
- Me refiero a lo que es para mí la perfección dentro de la imperfección. Me veo como alguien que recibe más de lo que da. Maldita sea, ponle ganas a todo. Discute con ganas, reconcíliate con ganas, besa, vive con ganas.
- Eso va acorde a la pasión.
- Pues debo ser la mujer más pasional del universo.
- No es problema tuyo, sino de él. Lo que debes hacer es saber lo que quieres. Si lo sabes y no lo tienes, búscalo. No vayas de fallo en fallo. Y cuando lo tengas, no lo pierdas.
- ¿Será que el romanticismo ha muerto?
- Tendrás que esperar para saberlo.

miércoles, 5 de junio de 2013

Iris.


Cuando entró por aquella puerta más de la mitad de la sala vociferaba sin respeto alguno a las chicas que acaban de entrar. Allí me encontraba yo, en un sin sentido, rodeado de personas cuyo único interés era disfrutar de su respectiva despedida de soltero. De aprovechar sus últimos días de libertad  o como mucho conseguir echar un polvo antes de volver triunfante a la ciudad. En tal berenjenal estaba yo cuando entro ella. Vestía un vestido corto de colores rojos y anaranjados, morenita de pies a cabeza, melena corta y unas piernas espectaculares, de esas que deseas abrir en cualquier momento, para que vamos a andarnos con delicadeces. La noche avanzo como estaba previsto, la sangría corría y la gente comenzaba a sentir el éxtasis que provocaba el alcohol. Me uní con ganas a la muchedumbre que se dirigía a la barra en busca de su primer cubata y ¿Por qué no? En busca de sus piernas. Destino o no, allí estaba ella, cruzando detrás de mi dirección ¿Dios sabe dónde? Era el momento. Agarre su mano, ella desconcertada se giro y yo, sin saber muy bien que quería conseguir, solté: 
- Me encantas.- Y no contento con eso añadí:
- De verdad.

¿Qué probabilidad había de encontrar a tu media naranja en medio de un millón de personas, la mitad ebrias? Entre música pop del siglo XXI y mojitos, a unos pocos metros de la playa. No tengo respuesta para ello, solo sé que a veces ocurre. Entre tacones infinitos y push-ups, excesos y hombres sedientos de mujeres, siempre hay una excepción, la de ese joven que cambiaría un polvo con cualquiera por una noche bailando con, en mi caso, tu sonrisa.

Una sonrisa con dueño, pero preciosa al fin y al cabo.