sábado, 13 de abril de 2013

Carmen.


Me deshago de los tacones lanzándolos por el suelo y me sirvo un poco de whisky. Sola, en la habitación, brindo por los buenos tiempos que viví a tu lado. Aún recuerdo nuestra última copa de lambrusco. La bañera rebosaba agua, espuma y porque no, amor.  Aun éramos jóvenes así que nos bastaba con esos vasos de plástico que daban en los hoteles de carretera a las afueras de la ciudad. Éramos capaces de hacer maravilloso y eterno lo que a simple vista parecía corriente y efímero, pero de eso hace ya algún tiempo. Y aquí sigo hoy, bebiendo en copas de cristal incapaces de contener mas amor que el que voy regalando de bar en bar. Igual que tú, supongo.
Que soy incapaz de alimentarme de algo que no sean tus te quiero, y aquí, en la distancia, solo me vale tu recuerdo para sobrevivir. Eso y el café que preparan otros en mi cocina las mañanas de este enero, febrero, marzo y abril sin ti. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario