jueves, 5 de abril de 2018

Abigail.




Está ocurriendo.
Más allá de los poros de la piel,
entre gusanos y tierra húmeda,
me muevo con aparente agilidad.

He emprendido mi viaje hacia la superficie
y dicen que la primera bocanada de aire
es la que te devuelve a la vida
y la dignidad.

Y me imagino a un muerto resucitando,
hinchando de nuevo sus pulmones,
arrastrando el polvo,
construyendo el alma,
respirando hondo.

Con la diferencia de que yo no estoy muerta,
solo me enterraron viva.

 He conseguido romper mi ataúd
pero me duelen los nudillos de golpear tan fuerte.
Ahora escavo con mis propias manos el túnel que,
según dicen,
me permitirá decir que he resurgido,
pero conforme avanzo la tierra no cesa de caer.

Ha comenzado el ciclo.
La flor,
A pesar de todo,
quiere renacer.

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