sábado, 7 de enero de 2017

Angélica.

"Porque ese alguien no seremos tú y yo."

Dame tiempo.
Aún siento.
El corazón palpitar y  el haberte perdido.
El no haber sabido que “amor de mi vida” no siempre significa que vaya a salir todo bien.
Que mi amor, fuiste real,
pero que la vida no supo darme razones para quedarme entonces.
Razones que ahora vienen para quedarse aunque los trenes hayan dejado de pasar.

Dame tiempo.
Aún no se oye el silbato de “salida” en la estación.

Aún siento.
Que estas aquí.
Aunque solo sea capaz de verme  reflejada a mi misma  en el cristal.
Mi primer propósito del año será intentar ver a través de él cuando viajemos de noche.
Porque tal vez es, al otro lado,  donde se encuentran tus ganas de verme.
Como el deseo de gritar de una niña de seis años en el vagón de silencio,
así se me cosen los labios al alma.

Solo espero.
Que el último día del año no signifique que eres el primer adiós de mis próximos 365 días.

Que en los últimos segundos del año se me atragantan los miedos.
Y las uvas solo son el sinónimo de que esta noche vamos a bailar.
Juntos pero no de la mano.

Dame tiempo.
Aún siento.
Aún dudo.
Y tú,
aún lastimas.

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