sábado, 13 de septiembre de 2014

Allison.


Hace tanto que no escribo sobre ti que a veces pienso que nos hemos gastado. Me recuerdas a esos robots de plástico que se venden en las ferias y que funcionan a pilas. El robot se mueve enérgicamente al principio y ralentiza su paso conforme las pilas se agotan. A veces pienso que los libros han tenido un efecto tan enfermizo sobre mí que acabo esperando rosas donde solo hay tierra que ni siquiera has podido cultivar. Has pronunciado un “no puedo hacer nada más” que se queda corto dentro de mi abanico de posibilidades. Altas montañas convertidas en cenizas con el pestañeo de mis ojos, arboles rotos que he vuelto a levantar con las manos heridas y llenas de sabia; tal vez para mí siempre hay una posibilidad. 

Siempre la hay.

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