-“Y no es que no
lo quiera, lo quiero un montón; pero si tuviera algo, una herramienta, con que medir nuestro amor seguramente él
saldría ganando. El otro me refiero. Supongo que la razón es solo una, las
pasiones que matan. Esas que te empujan bajo tierra pero te reviven una y
otra vez. No sé si me explico” Ay Lorena, mi Lorena. Si lo hubiera sabido antes
te hubiera dado la razón en aquel momento, pero desconocía de que hablabas
hasta hoy.
He subido al autobús con
la sensación de haber perdido años de juventud y ganas de vivir pasiones. Has
tocado mis ojeras con tus dedos y he suplicado mientras lo hacías con los ojos un “te quiero”,
pero no llega. O llega a destiempo. Y es que ya no se qué sonrisas más te puedo
dibujar en los labios para merecer escucharlo.
Me escondo entre
los recuerdos de un antes perdido
con la esperanza de revivirlo otra vez;
pero
no con él, contigo.
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