domingo, 17 de agosto de 2014

Lorena.


-“Y no es que no lo quiera, lo quiero un montón; pero si tuviera algo, una herramienta,  con que medir nuestro amor seguramente él saldría ganando. El otro me refiero. Supongo que la razón es solo una, las pasiones que matan. Esas que te empujan bajo tierra pero te reviven una y otra vez. No sé si me explico” Ay Lorena, mi Lorena. Si lo hubiera sabido antes te hubiera dado la razón en aquel momento, pero desconocía de que hablabas hasta hoy.

He subido al autobús con la sensación de haber perdido años de juventud y ganas de vivir pasiones. Has tocado mis ojeras con tus dedos y he suplicado mientras lo hacías con los ojos un “te quiero”, pero no llega. O llega a destiempo. Y es que ya no se qué sonrisas más te puedo dibujar en los labios para merecer escucharlo.


Me escondo entre los recuerdos de un antes perdido 
con la esperanza de revivirlo otra vez;
pero no con él, contigo. 

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