lunes, 7 de julio de 2014

Begoña.


Puede ser que ahora que ha vuelto la muerte a chasquear los dedos para llevarse una vida he vuelto a saborear lo que es despertar un lunes cualquiera a tu lado. He tocado los lunares de tu espalda como si fuera la última vez y los he memorizado a pesar de tu “es imposible que los cuentes todos” porque a lo mejor algún día dejan de ser. Y cuando digo ser me refiero al verbo existir.

He cogido el mapa de la vida entre mis manos y he llegado a perder el equilibrio por completo ante la posibilidad de. Un sorteo para el que nadie compra papeleta pero todos podemos ser elegidos. Sabéis de qué os hablo. Porque a veces incluso los corazones más rígidos y valientes pueden dejar de latir. Así sin más. De un chasquido. CHAS. Se acabó.

Y que el mundo, sin tu quererlo, se venga abajo.


No te acabes nunca, por favor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario