Crecer con la
certeza de que hay lugares que deberás visitar alguna vez en la vida por
obligación. Como esos sitios de paredes verdes y luces blancas que resaltan las
ojeras de todos sus visitantes.
He comprado el billete más rápido para llegar a
ti, para salvarte, para que (me) sonrías. He apretado los dientes tantas veces
para aguantar las ganas de llorar(te) que me duele la mandíbula de tanto sentir(te).
No te vayas todavía, la vida aun tiene que vernos dormir la siesta juntas durante las calurosas tardes
de verano. Mi cabeza sobre tu hombro y tu mano sobre la mía. Yo te necesito. Así
que no te vayas, todavía no.
Voy a agarrarme
de tus manos tan fuerte que nunca nadie conseguirá separarnos.
Ni siquiera la
muerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario