Que los bloqueos sentimentales ahora son menos frecuentes.
Que sigo llorando ocasionalmente cuando nadie me
escucha.
Si me ven, se
muerden los labios.
Sé que te prometí
acabar con aquello.
Pero tú
prometiste no marcharte nunca.
Y he vuelto a soñar contigo.
Aparecías de la
nada y yo, incrédula, te preguntaba qué
hacías allí.
Sonreías.
He venido para
ver que tal estáis.
Respondías mientras
nos abrazabas.
Mientes.
Has venido porque
nos echas de menos.
Lo sé.
Tanto como
nosotros a ti.
Vuelve a casa.
Por navidad, como
dicen en la televisión.
Regresa, por
favor.
O al menos antes
de que vuelvas a irte de nuevo.
A marcharte.
A desaparecer.
Antes de que te
olvides de mi.
Recuerda que sigo
aquí echándote de menos.
Y que te quiero.
Eso, por encima
de todo.