"Voy a escribirte
cartas de amor para que no me olvides,
aunque tal vez no sea necesario,
mis
flores escriben sobre la fría piedra lo mucho que te echo de menos
cada vez que
decido visitarte a escondidas."
Algunos lo llaman
nudo en la garganta, yo lo prefiero llamar tsunami.
Aquí está, ese maremoto
repentino de fotogramas por segundo. Estoy nadando a contracorriente para
lograr discernir entre la realidad y los sueños. Me he ahogado entre la
desesperación y el odio de quién culpa a un no culpable por hechos
insignificantes. Me he perdido entre las ganas de volver y el miedo a no
encontrarte allí. Me he perdido a mí misma, porque hogar eras tú. Y tú ya no
estás.
Hogar era dormir
en tu hombro mientras la televisión cuchicheaba y tu respiración respondía. Hogar
era tu mano sobre mi rostro para apartarme el pelo y verme feliz. Mi escapada
en días de no saber quién eres. La calma que necesita un alma cuando arde en
los infiernos de la desconfianza y la compasión.
Tú eras mi tierra firme.