jueves, 21 de febrero de 2013

Fátima.


Capaz de colmar mi memoria de nuevas sensaciones con un par de canciones y tres tipos sonrisa. ¿Qué ésta canción te recuerda a otro? La escuchamos en versión bachata. ¿Qué otros te invitaron a éste restaurante? Pues entramos y cenamos allí. Y no importa porque, a partir de entonces, cualquier recuerdo será mejor que el primero. Felicidad sobrehumana y pasión en estado puro. Viajero sin miedos, pisando sobre seguro. Así es él.  Solo hay algo que le hace perder el equilibrio. Incapaz de mirarme a los ojos más de 5 segundos seguidos se esconde en palabras absurdas si le digo que le quiero.

¿Aún sigues preguntándote que hay detrás de cada suspiro? Es un no te vayas, un quédate conmigo, que contigo esta ecuación tiene más sentido que cualquier otra que tuve en tiempos pasados.

martes, 19 de febrero de 2013

Isa.



Escribirte una carta y echarla al buzón.
Vivir sin aire.
Ahogarme en sal y limón.
Acostarme sin ti, contigo.
Dormir a la intemperie.
Pintar las paredes que me sirvieron de abrigo.
Buscarte entre mi almohada.
Entre los posos de café.
Entre el agua helada de rincones sin conocer.
Agrietar una herida profunda con tu puñal.
Soñar, bailar, cantar.
Luchar siempre contra el mismo rival.
Coser corazones, volverlos a pegar.
Odiarte sin peros.
Volver a volar.
Cultivar celos en una huerta.
Desear, anhelar tu vuelta.
No volver a abrir nuestra puerta.
Nuestra historia.
Nuestra vida.
Nuestros besos.
 Cada herida.
Ser valiente cada día.

viernes, 8 de febrero de 2013

Helena.



Los ojos de los asistentes en la sala se clavaban en mí. Sus caras de incredulidad ante la situación eran evidentes. Cogí mi vaso de whisky, el mismo con el que horas antes había brindado en su honor, le di un último sorbo y salí de allí con la cabeza demasiado alta para alguien situada siempre a la sombra de los demás. Recogí con mis manos el vestido de seda negro y me quite los zapatos con rapidez. Aquel carnaval de mascaras con hombres sedientos de poder y mujeres cuyos tacones determinaban su estatus social no estaba hecho para mí. Descendí las escaleras prácticamente corriendo y me aleje de aquel lugar. Los rizos empezaron a caer sobre mis hombros desnudos con la misma facilidad con la que aquella fiesta había caído en desgracia, pero ya no importaba.

- ¿Porqué lo has hecho?

El ruido de las olas no me había permitido escuchar sus pasos y ahora se encontraba allí, detrás de mí, esperando una respuesta que yo no quería dar.

- ¿Qué más da por qué lo haya hecho? -Dije sin tan siquiera darme la vuelta.

- Si que importa -dijo cogiéndome bruscamente del brazo y obligándome a mirarle a los ojos.-es tu hermana.

- Nunca ha tomado decisiones, ha dejado que las cosas llegaran porque sí, fue la protegida de mis padres y nunca fue capaz de tomar responsabilidades. Aquel hombre que estaba en el altar, con el que se ha casado Helena, ha sido engañado por alguien egoísta que ha construido su vida sobre una mentira. Él debía saberlo.

Me solté de su brazo y me aleje siendo consciente de que no me seguiría.

- Él no te quiere. Él la eligió a ella, no a ti.

Me pare en seco fruto de la rabia producida por aquellas palabras.

-Si no es mío, no será de nadie más.

Y desaparecí en la noche, sin mirar atrás.

martes, 5 de febrero de 2013

Lana.


Excusas para regresar. Contigo, a tus idas y venidas, a aquellas palabras que se clavaban como puñales y se curaban con tiernos te quiero. Y escuchar esos “cuídate” que tanto odiaba, casi tanto como aquellos besos que me hacían perder la cabeza. Los odio por ser el veneno que me mantiene aquí, a tus pies. Que te cuelas en mí con el humo de ese cigarro y aunque no me guste me dejo llevar. Y pronuncio la palabra “vuelve” en contra de mi voluntad. Que mi corazón no atiende a razones y lo pide a gritos. Como si quisiera salvarme de otras manos que no fueran las tuyas. Me niego a pensar que no volveré a querer a nadie con esa pasión que superaba fronteras y recorría mapas con destino a mi propia alma. Y aquí estoy, Avenida de la melancolía, Calle de la desilusión, esperando. Esperándote.

"Oh my heart it breaks every step that I take
But I’m hoping at them gates,
They’ll tell me that you’re mine"